jueves, 7 de junio de 2007

Un caradura


Leo hoy que el señor Al Gore ha recibido el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional por todo el rollo de salvar al planeta del calentamiento global. Me parece muy bien. Lo que no me parece tan bien es que nadie se acuerde que este personaje tuvo poder suficiente durante 8 años para poder liderar una auténtica revolución ecológica desde el gobierno de los EE.UU. Es más, suya era la misión de ratificar el Protocolo de Kyoto por parte de los USofA y no lo hizo. ¿Y ahora viene dándonos lecciones de buenrollismo ecológico? No me joda señor Gore, que no es usted mi tipo.

Al señor Gore habría que recordarle que durante el mandato de Bill Clinton en el que él fue vicepresidente saboteó el Protocolo de Kyoto al insistir en que las tierras de cultivo y los bosques se contaran en el porcentaje de reducción de emisiones, mientras que el acuerdo buscaba una reducción significtiva de la emisión de dióxido de carbono.
Aceleraron las prospecciones de gas y petróleo en tierras de propiedad federal a un ritmo que igualaba e incluso superaba el nivel de producción de la era Reagan. Y eso que fue una época sin crisis energéticas.
Aprobaron la venta de un terreno petrolífero en California, lo que constituía el mayor acuerdo de privatización en la historia de EE.UU., a la vez que abrió la Reserva Nacional de Alaska a las prospecciones petrolíferas (Bush sólo continuó con la labor).
Y el señor Clinton, fue el primer presidente desde Richard Nixon que no ha obligado a los fabricantes de coches a reducir el consumo de gasolina.
Todos estos datos están sacados del libro "Estúpidos hombres blancos", de Michael Moore.

El señor Gore nunca protestó por que se estaba ultrajando a la naturaleza que tanto ama. Si habeis visto su documental Una verdad incómoda, os fijaríais en como pasa de largo en lo del aumento de emisiones de dióxido de carbomo en el período 1993-2001 en el que el fue vicepresidente. No dice en ningún momento: uno de los máximos responsables de que esto ocurriera, fuí yo. No, el nos echa la culpa a nosotros, como todo buen político. La culpa es del ciudadano, cuyo único poder es el voto, que ejerce cada cuatro años y punto. Nosotros no podemos poner multas a las compañías que contaminen, ni crear un sistema eficaz de recojida de residuos (no querais saber donde acaban las bolsas que con tanto esmero preparais, separando residuos), no podemos denegar el permiso de construcción en un paraje protegido. No, nosotros somos ciudadanos y les otorgamos el poder a ellos para que hagan lo mejor para nosotros.

No sé si seré un romántico, por creer que los políticos son personas. sólo sé una cosa, si empiezan a despreocuparse de la gente, acabaremos poniendoles bombas, y no para reclamar la independencia de tal o cual territorio, sino por que se lo merecen. Prefiero tener un hijo violador que político; el violador puede joderle la vida a unas cuantas persoanas, el político le va a joder la vida a toda las personas que pueda.

1 comentario:

poliptoton dijo...

Una prueba de que hasta el Príncipe de Asturias se gana con marketing. Aunque una cosa es cierta: fariseísmos aparte, lo de que este tipo ha ayudado a llevar el tema del cambio climático a las primeras páginas es innegable.
Por cierto, buenas noticias para ti. Igual ahora hasta me planteo verla:
http://www.aintitcool.com/node/32903