miércoles, 31 de diciembre de 2008

La flema que precede a la naúsea

Estoy anonadado conlo que está pasando con el blog Mi Mesa Cojea y su artículo sobre una entrevista satírica a Maddie McCann que esribió hace ya un tiempo. De nuevo, los británicos demuestran que su tan famosa flema no es más que bilis y pus producto de la ingestión de haggis y cerveza tibia. Se nota que el tipo que les alertó de la (falsa y con fin de crítica) entrevista no tenía ni idea del idioma de Cervantes, ni ha seguido el blog con asiduidad, puesto que se daría cuenta de que el autor del Blog, José A. Pérez es un cachondo con un snetido del humor un tanto bestia (por algo es de Bilbao).

Desde aquí, pedir a los Def con Dos que hagan una versión de su canción Yo quemé el Liceo pero que se titule Yo me bajé a Maddie. Por si no se les ocurre nada, aquí unos versos apenas esbozados con el estribillo:

Por qué fuí yo quien secuestró a Maddie,
por qué yo fui el que la sustraje.

Así pues, que les jodan a todos que se escandalizan por tonterías como estas mientras en Gaza la gente está muy jodida y la ETA no aprende que los fuegos artificiales hay que lanzarlos al aire para que se aprecien sus cualidades pirotécnicas.

En fin, Feliz Año y a ver si alguno se le atragantan las uvas.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cine Exin

Aquí os dejo mi primera práctica del curso que estoy haciendo de Dirección de Fotografía. Sé que no es ninguna maravilla pero eso es lo mejor. Alguno estará pensando que este tío (por mi) es tonto. No se lo voy a discutir pero si a puntualizar.

Cuando estudiaba Comunicación Audiovisual en Charrajevo (alias Salamanca) tenía una asignatura llamada Comunicación Interpersonal. Esta asignatura giraba entorno a ridículo y a su perdida, esto es, hablar delante de un grupo de gente y comenzar a manejarnos dentro del maravilloso mundo del manejo de las distancias, los gestos y las miradas. Era una asignatura eminentemente práctica y en donde espera sacar una buena nota que me resarciese de mi primer trimestre, algo desolador, en donde sólo aprobé una asignatura (recordad que esto no es ingeniería, ni teleco, es una mierda de carrera conocida entre quienes la cursan como pinta, recorta y, si haces un posgrado, colorea). En las prácticas de Interpersonal me desenvolvía como pez en el agua. Salía a hacer monólogos, contar cuentos, realizar una especie de programa de cocina ficticio, etc. A pesar de mis esfuerzos, apenas conseguí un mísero 6, un aprobado. Aquellos que me conocéis sabéis que me manejo bastante bien en público y que, en ocasiones, muestro una falta de pudor bastante grande. A pesar de la nota, me alegré por tener aprobada una asignatura con la que aplacar el sordo cabreo de mis progenitores que estaban ya subiéndose al coche para venir a recogerme y mandarme de vuelta a Vigo.

Dos años más tarde, ya en tercero y con el rumbo aparentemente enderezado, una noche entablé conversación con una chica con la que había coincidido en la misma clase de prácticas de Interpersonal (no confundir con prácticas interpersonales, que tienen más que ver con asignaturas como anatomía y bioquímica). Hablamos de un cuento que había interpretado con gran éxito entre mis compañeros sobre Caperucita Roja situado en un mundo estrictamente matemático. Acabamos hablando de mi pequeña frustración por la nota conseguida. Ella me confesó que había logrado un 7, un notable, sin haber salido nunca a recitar, cantar, bailar o lo que quiera que hubiese que hacer. Este hecho me causó un gran estupor, consiguiendo que llegase a casa antes de que el sol saliese por el horizonte (algo inaudito por aquellos tiempos en mí). La pregunta que me rondaba era ¿porqué yo que me había esforzado sacaba menos nota que una persona que no había cumplido los objetivos marcados por la asignatura? Ningún profesor de Interpersonal osó nunca a poner en duda mis capacidades comunicativas públicas, por lo que la pregunta tenía que hacersela al profesor encargado de evaluarnos. Aprovechando la tradicional capea que se realizaba en las fiestas de nuestra facultad, me acerqué al achispado profesor dispuesto a resolver mi duda. Tras un intercambio de frases de cortesía abordé la cuestión sin medias tintas. Tras reponerse ante la seriedad con la que realizé mi observación, me contestó que no había evolucionado apenas en todo el año. Las primeras prácticas habían sido muy buenas y luego me había estancado en ese nivel, muy alto según sus palabras, pero no había avanzado hasta el siguiente escalón.

Esto hizo que reflexionara acerca de otros trabajos entregados al principio de otras asignaturas en donde mostraba mi potencial en su máximo esplendor. El nivel mostrado era alto, si, pero me quedaba ahí, aparcado en mi reconfortante escalón, sabiendo que no suspendería, pero, ahora lo sé, no conseguiría unas notas más elevadas que me ayudasen a tapar los suspensos que seguía cosechando.

Es por todo esto que en los tres años que dura el curso que estoy realizando pienso poner en práctica una estrategia de mejora continúa que no supone esfuerzo alguno: el error forzado. En esta primera práctica que podéis visualizar al final del post, encntraréis algún que otro fallo que iré solventando en sucesivos trabajos para poder llegar, en la última definitiva práctica, a mi nivel real. Alguno pensará que podría intentar evolucionar y mejorar partiendo desde mi nivel actual pero ello requiere trabajo y constancia, dos palabras, en especial la segunda, con las ue no mantengo una buena relación.

Tras esta barruntada tan larga os dejo con mi primera práctica. Espero vuestros comentarios más mordaces e hirientes para poder llegar a desarrollar mi potencial jejeje.

Puntualización- actualización: el corto está grabado según una serie de normas impuestas por el profesor: no debía exceder los dos minutos treinta segundos; no podía haber movimientos de cámara ni música y tenía que haber dos personajes, como mínimo.

Actualización: ya está subido en 16:9, aunque el sonido y la calidad de imagen son un poco pobres, pero intentaré subsanar esas carencias en las próximas prácticas.


sábado, 6 de diciembre de 2008

El coste de la vida

Llevo un tiempo queriendo hablar del tema, pero los distintos retrasos sufridos por el Gran Colisionador de Hadrones (LHC o Large Hadron Collider en inglés) han ido pospuesto este momento. Me parece una tomadura de pelo las críticas que ha recibido el proyecto en cuanto a su coste, unos 5000 millones de euros en hasta el momento merced a los problemas padecidos en los últimos meses. Aunque parezca una barbaridad no hay que olvidar que la contribución de los aceleradores de partículas han hecho a nuestra vida diaria. Lo primero es el número de trabajadores de larga ocupación que viven de estos proyectos, cuya construcción ocupa varias décadas. Aparte de los beneficios evidentes, como la generación de empleo, están las utilidades prácticas, en especial en el campo de la medicina y las comunicaciones. En este artículo de astroseti encontrareis una lista más completa pero quiero resaltar algunos a modo de ejemplo: el 20% de los fármacos radiactivos que se inyectan en los pacientes oncológicos han sido posibles gracias a los aceleradores (fuente); la tomografía por emisión de positrones que aumenta la nitidez y precisión a la hora de investigar el interior del cuerpo humano con un daño menor por emisión de partículas radiactivas; datación de restos arqueológicos; mejora de la eficacia en el transporte y manejo de datos debido a la gran cantidad de ellos generados en cada colisión,... Sin embargo, los dirigentes y demás ignorantes gubernamentales lo tachan de juguete excesivamente caro. Y es por ello que la ciencia, en su vertiente de I+D+i es la primera en sufrir recortes de presupuestos en tiempos de crisis. No se dan cuenta que contar con mejores tratamientos para paliar enfermedades globales como el cáncer y algunas patologías nerviosas es algo que puede derivar en una gran ganancia económica (si desean fijarse en lo meramente material). Por otro lado, los avances en física de partículas no ayuda a comprender lo que somos y el por qué de nuestro Universo, preguntas estas que acosan a la humanidad desde que posee capacidad de abstracción y de manejo de conceptos abstractos.

Los mismos que critican el LHC por su desorbitado coste, dan ayudas a los bancos por valor de 1,5 billones de euros (15000000000000 euros). Y ¿qué es lo que ha aportado la banca a esta sociedad? Un gasto desenfrenado que nos lleva a una gran crisis cada 20-25 años; un aumento de los gastos y despilfarros gubernamentales que pagan los ciudadanos. Si las falaces predicciones de algún científico con afán de notoriedad se cumplieran, el LHC crearía un agujero negro que haría desaparecer el mundo, con lo cual no sufriríamos sus consecuencias puesto que moriríamos en unos minutos. Sin embargo, cada muestra de avaricia de los banqueros nos cuesta una década, como mínimo, de sufrimiento económico que pagamos el pueblo llano. Por qué ya me diréis sí hundir un banco y recibir 50 millones de dólares de "recompensa" es algo catastrófico. Pobrecillos, tendrán que enjugar sus lágrimas con billetes de 100 en vez los de 1000 dólares. Sólo espero que todos sus seres queridos sufran todos los males posibles y ellos se tengan que tragar sus millones por que no les sirven para nada.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Zas! en toda la boca (Opus irónica nº1)

Leo con preocupación otra noticia del mundo alternativo Terra Políticamente Correcta 1: una madre es condenada a 45 días de cárcel y un año de alejamiento de su hijo por darle un bofetón. Plas, plas (aplausos y vítores). Gracias señores del Parlamento, come cuartos públicos, vagos honoris causa, ejemplo de dinamismo y voluntad, de rectitud moral y de pedagogía. Claro que síi sí un niño se niega a hacer los deberes y le tira una zapatilla deportiva a su madre, esta debe poner la cara para que la funda pedrestre le impacte en la cara dejándole una bella serigrafía del dibujo de su suela en la mejilla. Oh, que sublime momento, en que por los azares del destino, la deportiva que su madre le compró (y por un buen jornal, me apuesto la bragueta) golpeando el papo de la madre (no hay más que una, y su nombre es María, lalalalllaaaalalallá) en plástico movimiento llenó de sutil ironía y de gracia estética que sería admirada y convenientemente exaltada en las églogas de Virgilio o en los poemas épicos de Homero, comparando a este angelito, a este proyecto de Homo- superior, con Ulises o Aquiles.

¿Cómo osó la madre en reprender a su hijo, sangre de su sangre, carne de sus entrañas, el no haber realizado los deberes del colegio? ¿Acaso la madre tiene la insana y malévola idea de que su hijo complete una formación académica - dios no lo quiera- que consiga que su vástago se eleve por encima de los indocumentados de sus amigos, quienes sólo piensan en estudiar mecánica para saber como crear esas nuevas ofensas al poder de dios en forma de vehículos propulsados y modificados? ¡Oh!, cuan grande es la ignorancia humana de los progenitores que desean el bien de sus hijos. Cuan grande es la estupidez de los hombres que trabajan de sol a sol en pos de un futuro mejor. Debemos dejar que las simientes del futuro, las realidades del mañana, que hoy sólo son criaturas indefensas, permanezcan entre los algodones de la educación que se rige en el despotismo del que menos sabe y nada entiende, que apenas empieza su andadura en este mundo de color de rosa y casa de chocolate y caramelo.

Esto es lo que desean nuestros gobernantes: futuros tiranos del ordeno y mando; del lo quiero y lo quiero ahora; de la pataleta y el berrinche como acto central de su argumentación. Debemos mimar a nuestros hijos, debemos desterrar el no de nuestras bocas y plegarnos a sus deseos pues el día de mañana vivirán en un mundo en que los demás se postrarán a sus pies alabando y ensalzando las virtudes de estos próceres del capricho. Qué estrechas las mentes de quienes piensan que los castigos físicos convertirán a nuestros hijos en seres fuertes, preparados para conocer el lodo de la derrota y el barro de la disciplina. ¡NO!, las bofetadas y capones sólo harán de nuestros hijos seres débiles y retraídos, que nunca podrán expresar su mundo interior y que se abandonarán a la música melancólica y siniestra, deseando haber sido un fan de Tokio Hotel, mientras observan fascinados las evoluciones de aquellos a quien sus padres les consintieron todo, desde un Cd de Bisbal hasta un Play 3 como trofeo olímpico de su inmaculado parte de calificaciones en donde el insuficiente reinaba con puño de hierro.

Desde aquí, mi humilde rincón del universo, únicamente me resta ensalzar la gran sapiencia de nuestros gobernantes, gentes de vasta cultura y de saber ilimitado que luchan incansablemente por un futuro lleno de esplendor para todos. Un futuro en donde los hombres sepan convivir en merced a los buenos pilares de su educación moral que le llevan a conocer el significado de la palabra compartir y de conceptos tan elevados como responsabilidad.

Hoy dormiré tranquilo sabiendo que el futuro está libre de los negros nubarrones de la ignorancia y que el respeto y la educación , término ya caducos y obsoletos, han sido substituidos por el capricho y el despotismo infantil.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Yo soy aquel negrito del África tropical...

Últimamente me ha dado por pensar a cerca de ciertos matices de las palabras que hacen quedar como un idiota a quien las pronuncia. El término que más me llama la atención es afroamericano. Desde la reciente victoria de Obama es una palabra que ha salido a la palestra varias veces, empleada por aquellos que no quieren usar el vocablo negro por considerarlo despectivo u ofensivo. Como viene siendo habitual, la estupidez y la mojigateria vencen a la verdad.

Podemos estar horas discutiendo sobre si Obama es más o menos negro, si es café con leche o un negro desteñido. La verdad es que Obama es mestizo por lo que entraría en la escala de grises que es la vida. A mi, la verdad, si es blanco, negro, verde o a cuadros, ya que el color de su piel no le salva de ser el nuevo presidente de la Corporación EE.UU. que es lo que verdaderamente va a gobernar y el que piense lo contrario que se acuerde del record de recaudación que consiguió Obama para esta campaña electoral. Que los ricos nunca dan nada a cambio de nada. Si lo hicieran todavía vivirían en una granja de Kentucky, retozando con los cerdos y apareándose con sus hijas.

Pero el asunto del que quiero hablar es el empleo de la voz afroamericano. Se denominan así los negros de los Estados Unidos de América del Norte como modo de defensa de sus orígenes y sus tradiciones. O eso dicen. Es curiosos como aquellos que quieren distinguirse de los demás habitantes del país son los más integrados en una cultura del despilfarro, del derroche, del consumo del american way of life. Entre los afroamericanos se registran mayores índices de obesidad y, a pesar de llorar por que no tienen comida ni alimentos, sus hijos llevan el último modelo de Nike Air Jordan y juegan con una Playstation 2 (tampoco vayamos a creer que pueden hacerse con una Play 3 por medios lícitos, cuando ni siquiera un funcionario lo puede hacer, que cuesta un huevo y parte del otro). Estos afroamericano crean una cultura basada en refritos de ideas políticas y sociales en las que ellos son el centro. Esto es curioso, pues se parece al nacimiento del judaísmo, cuando las tribus del desierto de Judá se inventan una historia en la que ellos son el pueblo de Dios, haciendo que sus penurias sean más llevaderas. Es lo más fácil del mundo: como soy un marginado, creo un nuevo credo en que yo sea el centro y los demás queden excluidos con lo cual creo un nuevo círculo, una vez que me han echado de otro más grande.

Pero lo que más me gusta de todo no son sus raíces políticas o culturales (estas últimas casi inexistentes fuera de la música) sino el echo del prefijo afro-. Nunca he escuchado a un negro hijo de un español y un africano referirse a si mismo como afroeuropeo o afroespañol. Ni en países donde la presencia de negros es mayor que aquí como en Inglaterra o Francia. Aunque hagan una vida a parte de los blancos no se refieren a ellos mismo como afroingleses o afrofranceses por es una gilipollez y lo saben. Y no vale la excusa de que los negros yanquis fueran hijos de esclavos. Los negros franceses y británicos provienen de colonias que las metrópolis se encargaron de esquilmar y arrasar, forzándoles a huir a los países europeos, cosa que es más traumática que la "expropiación forzosa" a la que fueron sometidos los negros yanquis. Por que si te secuestran para venderte como esclavo, tú dispones de una excusa muy buena: ellos me llevaron, yo no quería; pero lo que hicieron las potencias europeas (a parte de traficar con esclavos, que también lo hicieron) fue el forzar a que la gente tomara la decisión de tener que emigrar a Europa, siendo los africanos quienes tomaran la decisión, sólo pudiendo descargar parte de la culpa en los europeos.

Es por ello que me parece del todo inapropiado el tono lastimero y quejumbroso de los afroamericanos, como quieren que les llamemos, cuando ni siquiera saben reivindicar como es debido el legado que dicen defender. Las manifestaciones culturales de raíz africana que mantienen vivas apenas alcanzan a su música (que si que fue violada por los blancos) ya que en las demás artes plásticas la influencia africana en sus obras es apenas perceptible salvo en aquellos que si que han emigrado a EE.UU. en el último siglo por la inestabilidad política africana. Que quiere decir todo esto: que dejen de quejarse todo el día y hagan algo de verdad por la recuperación de su pasado y su dignidad perdidas, que no se queden en sus casa pidiendo, que salgan y actúen. Y se reconozcan como lo que son: norteamericanos, aunque sean los desechos de la norteamerica paleta y rural. Y que dejen de emplear el prefijo afro- a no ser que hayan nacido en África y luego te hayas trasladado a EE.UU., con lo cual tendrías doble nacionalidad y doble "continentalidad"