martes, 8 de mayo de 2007

El hombre, ¿araña?


Aunque había prometido que tras salir del cine, me iría para casa, no lo pude cumplir. El viernes fui a ver Spiderman 3, y he tenido que esperar hasta hoy para ver si la reflexión me hacía cambiar de idea sobre la película, pero no. ¡Maldita la hora en que fui a verla! De las dos entregas anteriores sobre el el pipiolo con superpoderes sólo había aguantado media hora, pero decidí darle una oportunidad. Supongo que fue con la esperanza de ver una batallas dignas, con unos efectos especiales de carallo.

Pero me estoy adelantando. Lo primero es lo primero, la trama. Aquí es cuando debería dejar un espacio en blanco por que si la resumo, os tendré que contar hasta el minuto ciento veinte de los ciento cincuenta de la película. Pero eso de que a Peter Parker le sale el lado oscuro y esas cosas, ni idea. Lo único que le pasa es que luce un peinado más casual, como de joven modernete e incluso algo emo. Y lo peor es que se pone a bailar de tal forma que me preguntaba si estaba viendo a Spiderman o a La Máscara (una película muy superior y con efectos especiales que si que marcaron un antes y un después). Vamos, que lado malo= lado travolta. Primer repelús espinodorsal.

Las diferentes tramas están tan mal engarzadas que siempre te estas preguntando que coño hacen los demás. También se debe a que lo que te muestran es tan aburrido que preferirías ver que hace cualquier traseunte de esa ciudad que lo que están haciendo nuestros ¿amigos?. La relación entre Peter y MJ (ya podía Michael Jordan, que hubiera ganado un montón, como Space Jam) es casi tan ñoña y falsa como la de Karina con cualquiera de sus novios-o-lo-que-fueran. Y contratan a la macica de Bryce Dallas Howard, le ponen un peinado morboso a dolor y a penas nos la enseñan (y la película dura 150 minutos, repito, 150 minutos, oiga). Luego están los toques de comedia. Aquí son tna estravagantes que, a ratos, parece que estamos viendo una película tipo Scary Movie pero de superhéroes. Y por último, los giros de guión, aunque pueden ser llamados los by-the-face. La gratuitidad de ciertos giros y desarrollos narrativos no resiste ni el análisis de un niño (los comentarios en la sala asi lo demostraban, entre bostezos y toses, y algun rechinar de dientes).

Los actores vamos a dejarlos por que no quiero escribir el post más largo de toda la historia internetera. Así que resumo: que alguien les atize con una pala en todo el careto, a ver si ganan en expresión facial. Por cierto, elevo a los jueces la solicitud para que Tobey Maguire sea declarano nuevo rey de entre los actores de dos gestos (el sorprendido y el de "yo tenía que comprar algo,pero ahora no me viene"), puesto vacante desde que Mel Gibson se pasó al levantamiento de copas,... digo, de ego, ...esto, de mierda.

Y para ya acabar, los efectos especiales son una tomadura de pelo y cantan más que un pepero en una herriko-taberna. Y lanzo una pregunta al vuelo ¿donde están los 300 millones de dólares que costó la película? Preguntenle a Sam, a Tobey y a Kirsten, por que los demás no han visto un duro, fijo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Definitivamento NO voy a ir a verla. Gracias...

B. Durán dijo...

jajaja, yo fui a verla en su estreno. Qué desencanto por dioxxx. Había disfrutado las anteriores, pero con esta me sentí estafado. Lo peor: la desvirtuación de la figura de El Duende. Es INACEPTABLE que el mayor cabrón de todos los villanos de todos los cómics, el que busca el sufrimiento del héroe por puro placer y odio, acabe así, de colegueo. Muy mal.