jueves, 26 de abril de 2007

Gafaplastas, o la falta de espíritu crítico

Lo prometido es deuda y hoy me voy a adentrar en ese nuevo subgénero humano conocido como gafaplastas.

Lo primero que siempre me ha llamado la atención de este colectivo es su total carencia de espíritu crítico. La mayoría de sus informaciones provienen de lo que han leido o escuchado en otras fuentes, consideradas por ellos como sus guías. Se mueven por la modernidad de estas fuentes, de forma que si uno de ellos encuentra, por ejemplo, una revista de música que nadie concoce, la fusila en cada uno de sus comentarios aunque los discos que recomienda no le gusten. Ay, pueden que sean broza absoluta, pero como la Music New Experience Modern Chachigüachi dice que lo último de David Summers es lomás, pues venga, uno a negar que hace pocos meses llamara de todo a los fans de Hombres G. Y que si David Sumers es dios y que si esto y que si lo otro. ¿Os suena?

Resulta del mismo modo muy curiosa la actitud que demuestran frente a sus anteriores biblias. Cuando ellos la empezaron a comprar, la revista X era desconocida y ellos se encontravan en la cúspide de la vanguardia. Pero el tiempo pasa y la revista gana popularidad ya que la música sobre la que versa gran parte del contenido es ahora la corriente princpal y no la alternativa. Entonces, nuestro amigos gafaplastas pasan un pequeño período de atontamiento al no tener un mapa de sus afirmaciones realmente cool. Pero se lanzan a la búsqueda de nueva información, más moderna, más cool y, sobre todo, desconocida para el99% de sus amigos y conocidos. Con ello recuperará su status de faro de la modernidad de su grupo. Esta situación se repetirá las veces que haga falta en la lucha por ser el tipo que más sabe de cosas supermodernas que a la mayoría nos parecen una mierda.

Tras repasar su método de adquisición de contenidos veamos ahora su actitud. Esta se resume en mirar por encima del hombro a todo mortal que ose cruzarse en su camino y que recibirá disquisiciones aburridísimas sobre el último artista de moda en los círculos más alternativos de Kuala Lumpur (que es un cnetro de vangurdia que no vean, oiga). También hay que señalar sus categóricas afirmaciones sobre cualquier cosa, y cuando digo cualquier cosa quiero decir CUALQUIER cosa. De hecho, me viene a la mente la única escena que merece la pena mantener en la cabeza de El infumable Will Haunting, o como sea. En la escena en cuestión, un universitario ya yanqui repipi se pone a exponer su opinión sobre un tema económico (creo) y el El Infumable (gran nombre para un villano, ahora que lo pienso) le hace ver que todo lo que ha dicho no son más que parrafos citados textualmente de diferentes manuales. Aunque el yanqui repipi sea rubio y super, o sea, pijo es un prototipo a nivel mental de gafaplasta. Ellos no conocen el término lectura comprensiva, ni saben que es criticar algo de forma constructiva. Simplemente actúan como esas madres dispuestas a zanjar cualquier discusión con un : por que lo digo yo, y punto.

Pero no desesperemos. En poco tiempo mudaran de chaqueta y se reconvertiran en otra subespecie humana todavía más cercana a los paramecios. Mientras riámonos de ellos (¿o era con ellos?, ¿se puede reir con ellos?) que cuando se hallan ido lamentaremos no haberlo hecho.

Actualización: encontré esta entrada que es muy ilustrativa.

1 comentario:

B. Durán dijo...

ooohhhh, tierno snobismo.