martes, 6 de marzo de 2007

¿Qué ha pasado con las películas infantiles?

Ayer fui a ver "Noche en el museo"(2006, Shawn Levy), la nueva película de Ben Stiller. Tenía ganas de ver una película infantil, de esas en las que te dejas llevar y disfrutas de un buen rato y te sientes como ese niño que todos los findes acudía al cine para ver joyas como "Willow"(1988, Ron Howard), "Exploradores"(1985, Joe Dante) o "Los Goonies"(1985, Richar Donner). Y, la verdad, uno se desespera.

La película es entretenidilla, sin más. Falta ritmo, mucho ritmo, y el guión deja mucho que desear. La construcción de la historia tendría que haber sido otra. Pero primero haré un resumen: Ben Stiller es un divorciado con un crío que salta de trabajo en trabajo y que, para no ser desahuciado , acepta el trabajo como guarda de noche en el museo de historia natural de Nueva York. Por la noche el museo cobra vida y debe mediar entre sus diferentes habitantes.

La cosa promete. Es una muy buena idea para hacer una de esas plículas que nos hacen pasar un rato agradable con acción, risas y un romance light para todos los públicos. El problema es que la idea se acaba a los 20 minutos de empezar. El ritmo es entrecortado, con unos bajones tan grandes que luego le cuesta remontar y la relación del padre y su hijo es más falsa que el cartón piedra de los decorados. Si no fuera por que salen Dick Van Dyke y Mickey Rooney, esta sería una peli más, pero a los clásicos hay que respetarlos.

La sensación que queda tras ver la película es que se podía haber hecho mucho más. Ahora las películas infantiles siguen un patrón tan estandarizado que ya no tienen gracia alguna. Se coge un libro que haya vendido muchísimo (y si no, se encargan de que así sea) y, hala, a hacer la película. En fin, que vale que "La princesa prometida" no sea un guión superoriginal, pero por lo menos está cuidado y tiene auténtica mala leche y humor algo cafre.

Estoy cada vez más de acuerdo con la afirmación de que el cine se muere (o está de parranda desde hace mucho). Todo lo que viene de EE.UU., incluyendo pelís independientes, está cortado por el patrón de Syd Field: la división de la historia de una manera determinada y con acciones específicas en cada momento. Es como el gemelo de "El ladrón de orquídeas" (2002, Spike Jonze) que va a un seminario de guinistas y escribe un guión que rapidamente le compran. Eso no es más que un reflejo de la cruda realidad que ya se ha impuesto en nuestro país. Sólo algunos inconformistas siguen contra viento y marea haciendo lo que le da la gana, sin saber lo que es el paradigma de Field (aquí dejo la dirección de blog cienma que lo explican muy bien: www.blogcinema.es/index.php?title=el_paradigma_de_syd_field&more=1&c=1&tb=1&pb=1). Con la estandarización de la estrucutra narrativa, las películas se han hecho previsibles y nosotros nos jodemos.

En fin, a todos aquellos que esteis escribiendo un guión, no os obsesioneis con la estructura, no es la clave. Si no se definen bien los personajes y el motor de la acción, no habrá Billy Wilder que os salve. Fijaros sino en una de las más grandes películas "Ciudadano Kane" (1941, Orson Welles), el primer y el tercer acto apenas ocupan unos minutos, el desarrollo abarca desde el minuto 12 hasta el 107. Ya se que Orson Welles es uno de los grandes, pero habrá que fijarse en los genios para , algún día, ser algo más que un mediocre.

P.D.: me parece bochornoso que le den el Oscar a Scorsese por un remake de una peli hongkonesa. A dirigido alguna de las mayores obras del cine amerciano y se lo dan por una obra menor. Tendrían que manipular los libros y declararle ganador del Oscar de 1980 por "Toro salvaje" que se come con patatas a esa mierdipeli del Roberto Redford "Gente corriente".

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