miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cine Exin

Aquí os dejo mi primera práctica del curso que estoy haciendo de Dirección de Fotografía. Sé que no es ninguna maravilla pero eso es lo mejor. Alguno estará pensando que este tío (por mi) es tonto. No se lo voy a discutir pero si a puntualizar.

Cuando estudiaba Comunicación Audiovisual en Charrajevo (alias Salamanca) tenía una asignatura llamada Comunicación Interpersonal. Esta asignatura giraba entorno a ridículo y a su perdida, esto es, hablar delante de un grupo de gente y comenzar a manejarnos dentro del maravilloso mundo del manejo de las distancias, los gestos y las miradas. Era una asignatura eminentemente práctica y en donde espera sacar una buena nota que me resarciese de mi primer trimestre, algo desolador, en donde sólo aprobé una asignatura (recordad que esto no es ingeniería, ni teleco, es una mierda de carrera conocida entre quienes la cursan como pinta, recorta y, si haces un posgrado, colorea). En las prácticas de Interpersonal me desenvolvía como pez en el agua. Salía a hacer monólogos, contar cuentos, realizar una especie de programa de cocina ficticio, etc. A pesar de mis esfuerzos, apenas conseguí un mísero 6, un aprobado. Aquellos que me conocéis sabéis que me manejo bastante bien en público y que, en ocasiones, muestro una falta de pudor bastante grande. A pesar de la nota, me alegré por tener aprobada una asignatura con la que aplacar el sordo cabreo de mis progenitores que estaban ya subiéndose al coche para venir a recogerme y mandarme de vuelta a Vigo.

Dos años más tarde, ya en tercero y con el rumbo aparentemente enderezado, una noche entablé conversación con una chica con la que había coincidido en la misma clase de prácticas de Interpersonal (no confundir con prácticas interpersonales, que tienen más que ver con asignaturas como anatomía y bioquímica). Hablamos de un cuento que había interpretado con gran éxito entre mis compañeros sobre Caperucita Roja situado en un mundo estrictamente matemático. Acabamos hablando de mi pequeña frustración por la nota conseguida. Ella me confesó que había logrado un 7, un notable, sin haber salido nunca a recitar, cantar, bailar o lo que quiera que hubiese que hacer. Este hecho me causó un gran estupor, consiguiendo que llegase a casa antes de que el sol saliese por el horizonte (algo inaudito por aquellos tiempos en mí). La pregunta que me rondaba era ¿porqué yo que me había esforzado sacaba menos nota que una persona que no había cumplido los objetivos marcados por la asignatura? Ningún profesor de Interpersonal osó nunca a poner en duda mis capacidades comunicativas públicas, por lo que la pregunta tenía que hacersela al profesor encargado de evaluarnos. Aprovechando la tradicional capea que se realizaba en las fiestas de nuestra facultad, me acerqué al achispado profesor dispuesto a resolver mi duda. Tras un intercambio de frases de cortesía abordé la cuestión sin medias tintas. Tras reponerse ante la seriedad con la que realizé mi observación, me contestó que no había evolucionado apenas en todo el año. Las primeras prácticas habían sido muy buenas y luego me había estancado en ese nivel, muy alto según sus palabras, pero no había avanzado hasta el siguiente escalón.

Esto hizo que reflexionara acerca de otros trabajos entregados al principio de otras asignaturas en donde mostraba mi potencial en su máximo esplendor. El nivel mostrado era alto, si, pero me quedaba ahí, aparcado en mi reconfortante escalón, sabiendo que no suspendería, pero, ahora lo sé, no conseguiría unas notas más elevadas que me ayudasen a tapar los suspensos que seguía cosechando.

Es por todo esto que en los tres años que dura el curso que estoy realizando pienso poner en práctica una estrategia de mejora continúa que no supone esfuerzo alguno: el error forzado. En esta primera práctica que podéis visualizar al final del post, encntraréis algún que otro fallo que iré solventando en sucesivos trabajos para poder llegar, en la última definitiva práctica, a mi nivel real. Alguno pensará que podría intentar evolucionar y mejorar partiendo desde mi nivel actual pero ello requiere trabajo y constancia, dos palabras, en especial la segunda, con las ue no mantengo una buena relación.

Tras esta barruntada tan larga os dejo con mi primera práctica. Espero vuestros comentarios más mordaces e hirientes para poder llegar a desarrollar mi potencial jejeje.

Puntualización- actualización: el corto está grabado según una serie de normas impuestas por el profesor: no debía exceder los dos minutos treinta segundos; no podía haber movimientos de cámara ni música y tenía que haber dos personajes, como mínimo.

Actualización: ya está subido en 16:9, aunque el sonido y la calidad de imagen son un poco pobres, pero intentaré subsanar esas carencias en las próximas prácticas.


4 comentarios:

Unknown dijo...

jajajja
muy bueno en tu papel de mefistófeles!

Noa dijo...

No, zi es que... la vagancia te gana!!! A lo mejor podrías hacer un corto sobre ello, tú sentado en el sofá y nada más. Matarías dos pájaros de tiro, jajaja.

El corto te quedó genial!! Lo haces realmente bien (aunque bueno, ya apuntabas maneras en las representaciones de Julita :D)

Besos!!

Anónimo dijo...

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Besos

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Anónimo dijo...

Oye, que me gusta eh! Guárdame un papel para la segunda parte.