martes, 31 de julio de 2007

Dame veneeeeeeeeno...

Acabó la ruta del bakalao gabacha y es hora de hacer un par de reflexiones: ¿porqué no aceptar que el ritmo de competición del ciclismo moderno EXIGE que los ciclistas se dopen? ¿Porqué, aceptada la primera premisa, no establecer unos máximos de dopaje- un par de chutes de EPO o unas cuantas transfusiones- que ponga a todos los corredores en igualdad de condiciones?

El problema del dopping siempre radicó en que unos (los dopaos) tenían ventaja sobre otros (los limpios, también llamados los pardillos). Si todos van con el mismo número y con la misma dosis de chutes de EPO ya no habrá problema, eso sí, al que se pase se le expulsará y se le impedirá toda actividad profesional federada hasta el día de su fallecimiento. Por otro lado, el médico que suministre esas rayitas de más será expulsado del colegio de medicina y se le negará la licencia para ejercer. A ver quién se atreve a saltarse esas normas. Todo vendría acompañado de una temporada a la sombra para reflexionar y unas multas que le hagan perder hasta los calzoncillos.

Pero también se ha de exigir esto mismo en todos los deportes. Y el primero, el deporte rey. Si les hicieran esos controles a los fumbolistas que se aclare. Andan pensando en excluir al ciclismo de los iba a acabar de delantero centro del Barça mi tía Paca, que lo más, se toma un anisete con las amigas después de la novela. Y también pedirle al COIJJ.OO. por yonkis, pero permiten que los jugadores profesionales, de las ligas americanas no pasen los mismos controles y estén suscritos a otra normativa de dopaje que sus homólogos del resto del mundo. No sé, me suena a hipocresía de la gorda.

El día en que humanos modificados genéticamente compitan en eventos deportivos está más cerca. La carrera imparable de los laboratorios por crear sustancias que consigan un aumento de la potencia, resistencia, fuerza o velocidad sin ser detectadas por un análisis se está saliendo de madre. Y lo triste es que la mayoría de las sustancias dopantes las producen los laboratorios. La EPO tiene una función terapeútica pero su principal uso es para doparse. Si hablo sólo de la EPO es por ser la más conocida, pero existen otras muchas.

También me gustaría lanzar una pregunta y quien quiera que la conteste: ¿cómo una persona a la que diagnosticaron cáncer en tres zonas de su cuerpo -testículos, metástasis en pulmones y cerebro- puede en dos años volver a ser un corredor competitivo? Lo de Armstrong no es sólo envidia, es por que si a un ciclista perfectamente sano le es necesario doparse, para una persona a la que le hallaron una docena de tumores del tamaño de una pelota de golf en los pulmones y en el cerebro, es una obligación.

Y para que no se diga, un español ha dado positivo. Ya faltaba, parecía que nos íbamos a librar, pero quien esté libre de pecado que tire la primera jeringa.

1 comentario:

noa dijo...

Ya es hora de una nueva entrada, ehh???
Besos