Leo con preocupación otra noticia del mundo alternativo Terra Políticamente Correcta 1: una madre es condenada a 45 días de cárcel y un año de alejamiento de su hijo por darle un bofetón. Plas, plas (aplausos y vítores). Gracias señores del Parlamento, come cuartos públicos, vagos honoris causa, ejemplo de dinamismo y voluntad, de rectitud moral y de pedagogía. Claro que síi sí un niño se niega a hacer los deberes y le tira una zapatilla deportiva a su madre, esta debe poner la cara para que la funda pedrestre le impacte en la cara dejándole una bella serigrafía del dibujo de su suela en la mejilla. Oh, que sublime momento, en que por los azares del destino, la deportiva que su madre le compró (y por un buen jornal, me apuesto la bragueta) golpeando el papo de la madre (no hay más que una, y su nombre es María, lalalalllaaaalalallá) en plástico movimiento llenó de sutil ironía y de gracia estética que sería admirada y convenientemente exaltada en las églogas de Virgilio o en los poemas épicos de Homero, comparando a este angelito, a este proyecto de Homo- superior, con Ulises o Aquiles.
¿Cómo osó la madre en reprender a su hijo, sangre de su sangre, carne de sus entrañas, el no haber realizado los deberes del colegio? ¿Acaso la madre tiene la insana y malévola idea de que su hijo complete una formación académica - dios no lo quiera- que consiga que su vástago se eleve por encima de los indocumentados de sus amigos, quienes sólo piensan en estudiar mecánica para saber como crear esas nuevas ofensas al poder de dios en forma de vehículos propulsados y modificados? ¡Oh!, cuan grande es la ignorancia humana de los progenitores que desean el bien de sus hijos. Cuan grande es la estupidez de los hombres que trabajan de sol a sol en pos de un futuro mejor. Debemos dejar que las simientes del futuro, las realidades del mañana, que hoy sólo son criaturas indefensas, permanezcan entre los algodones de la educación que se rige en el despotismo del que menos sabe y nada entiende, que apenas empieza su andadura en este mundo de color de rosa y casa de chocolate y caramelo.
Esto es lo que desean nuestros gobernantes: futuros tiranos del ordeno y mando; del lo quiero y lo quiero ahora; de la pataleta y el berrinche como acto central de su argumentación. Debemos mimar a nuestros hijos, debemos desterrar el no de nuestras bocas y plegarnos a sus deseos pues el día de mañana vivirán en un mundo en que los demás se postrarán a sus pies alabando y ensalzando las virtudes de estos próceres del capricho. Qué estrechas las mentes de quienes piensan que los castigos físicos convertirán a nuestros hijos en seres fuertes, preparados para conocer el lodo de la derrota y el barro de la disciplina. ¡NO!, las bofetadas y capones sólo harán de nuestros hijos seres débiles y retraídos, que nunca podrán expresar su mundo interior y que se abandonarán a la música melancólica y siniestra, deseando haber sido un fan de Tokio Hotel, mientras observan fascinados las evoluciones de aquellos a quien sus padres les consintieron todo, desde un Cd de Bisbal hasta un Play 3 como trofeo olímpico de su inmaculado parte de calificaciones en donde el insuficiente reinaba con puño de hierro.
Desde aquí, mi humilde rincón del universo, únicamente me resta ensalzar la gran sapiencia de nuestros gobernantes, gentes de vasta cultura y de saber ilimitado que luchan incansablemente por un futuro lleno de esplendor para todos. Un futuro en donde los hombres sepan convivir en merced a los buenos pilares de su educación moral que le llevan a conocer el significado de la palabra compartir y de conceptos tan elevados como responsabilidad.
Hoy dormiré tranquilo sabiendo que el futuro está libre de los negros nubarrones de la ignorancia y que el respeto y la educación , término ya caducos y obsoletos, han sido substituidos por el capricho y el despotismo infantil.
Esto es lo que desean nuestros gobernantes: futuros tiranos del ordeno y mando; del lo quiero y lo quiero ahora; de la pataleta y el berrinche como acto central de su argumentación. Debemos mimar a nuestros hijos, debemos desterrar el no de nuestras bocas y plegarnos a sus deseos pues el día de mañana vivirán en un mundo en que los demás se postrarán a sus pies alabando y ensalzando las virtudes de estos próceres del capricho. Qué estrechas las mentes de quienes piensan que los castigos físicos convertirán a nuestros hijos en seres fuertes, preparados para conocer el lodo de la derrota y el barro de la disciplina. ¡NO!, las bofetadas y capones sólo harán de nuestros hijos seres débiles y retraídos, que nunca podrán expresar su mundo interior y que se abandonarán a la música melancólica y siniestra, deseando haber sido un fan de Tokio Hotel, mientras observan fascinados las evoluciones de aquellos a quien sus padres les consintieron todo, desde un Cd de Bisbal hasta un Play 3 como trofeo olímpico de su inmaculado parte de calificaciones en donde el insuficiente reinaba con puño de hierro.
Desde aquí, mi humilde rincón del universo, únicamente me resta ensalzar la gran sapiencia de nuestros gobernantes, gentes de vasta cultura y de saber ilimitado que luchan incansablemente por un futuro lleno de esplendor para todos. Un futuro en donde los hombres sepan convivir en merced a los buenos pilares de su educación moral que le llevan a conocer el significado de la palabra compartir y de conceptos tan elevados como responsabilidad.
Hoy dormiré tranquilo sabiendo que el futuro está libre de los negros nubarrones de la ignorancia y que el respeto y la educación , término ya caducos y obsoletos, han sido substituidos por el capricho y el despotismo infantil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario