Propicio año a todos y esas cosas. Hoy voy a retomar un tema que tenía pendiente: las season finale, o los últimos dos episodios de una temporada en una serie yanki. Por supuesto hay espoilers (sobre todo de Lost, porque me morderé la lengua con Dexter).
Empleando argot taurino, en 2007 hubo series que han salido por la puerta grande y otras que han tenido que recurrir al descabello para poder terminar la temporada.
En el primer grupo nos encontramos con Lost (Perdidos) y Dexter, dos series muy diferentes pero que han demostrado el dicho de que hasta el rabo todo es toro. En el segundo grupo, sitúo a Heroes, serie que falló en la suerte de espadas o de matar, es decir, a la hora de la verdad.
El caso de Lost y Dexter ha dejado a sus seguidores exhaustos tras los dos últimos capitulos de sus temporadas (3ª y 2ª, respectivamente).
En Lost nos han mostrado un flashforward, un pedazito del futuro en el que los algunos de los protagonistas han conseguido salir de la Isla. Por otro lado la trama en el presente no nos dejó ni un momento de respiro, sembrando una serie de situaciones que se resuelven en unos veinte minutos fianles magistrales. Resulta curioso como esa tercera temporada de Lost comenzó de una forma un tanto chusca, a la que se unió ese molesto parón (o hiatus, como lo llaman algunops snobs) para remontar el vuelo hacia la mitad de temporada. Y es más curioso como ese comienzo tan flojo y ese parón tan inoportuno nos lanzó a muchos (puede que a casi todos) a buscar una alternativa. Y entonces apareció Heroes, una serie muy bien hecha, con acción, sus dosis de misterio y una trama atrayente (es la misma que la de los X-men, así que tenía que triunfar). Y mirabamos la serie de Tim Kring congratulados de habernos devuelto la alegría y la excitación por encontrarnos el nuevo episodio en la mula a las pocas horas de su emisión en EE.UU.
Pero Lost volvió de su parón y tras un capitulo de reentrada, surgió ese magnífico Flashes before your eyes en el que todo empezaba a cambiar. Se adivinaba la dirección de la serie a partir de entonces gracias a un Desmond que podía ver el futuro, o por lo menos el futuro de Charlie, en los que siempre moría de forma un tanto dramática. Y mientras ¿Heroes, qué? pues aguantaba el tirón, pero la audiencia juvenil se iba poco a poco imponiendo, y las tramas empezaban a perder fuelle. Sólo un par de golpes de efecto con los capítulos como Company man y Five years gone mantenían el tipo.
E inexorablemente nos acercababmos al final de la temporada. Las apuestas estaban hechas y no había lugar para la retirada. Y aquí quedó claro quien es el maestro y quien el aprendiz. J.J. Abrahms demostró que es un genio en esto de dosificar la información (observad sino la acertadísima promoción de Cloverfield, la película que estrenará el 18 de Enero en los USA) y a Tim Kring la camisa le ha venido grande, por que una cosa es hacer Crossing Jordan (una serie simpática y que mantiene el dulzor preciso en sus tramas) y otra, reinventar a los X-Men.
De Heroes ya hable hace tiempo y sólo añadir que su mierda de final me quitó las ganas de ver la segunda temporada, pero de Lost aún me quedan un par de cosas. La relación de Locke y Ben es tan sumamente compleja, aunque parezca sencilla, que problemente capitalizen los minutos de protagonismo en una media aún mayor que hasta ahora. El personaje de Bakunin es jodidamente bueno, pero como vuelva a resucitar una vez más habrá que pensar que en pedir una buena explicación y no esperar a ve que nos dicen. Me encanta que haya muerto Charlie, aunque hubiera preferido una muerte más lenta y dolorosa, quizá algo que incluya el desmembramiento como parte central. Y, para acabar con Lost, como no vuelva en el 31 de Enero, alguien lo va a pagar.
Y dejo lo mejor para el final, Dexter. Todos los que seguimos la primera temporada estábamos nerviosos por lo que podían inventar los guionistas para nuestro asesino favorito. Después de enfrentarse al Ice Track Killer, a su igual, a su hermano y conseguir derrotarlo, pensamos que Dexter seguiría llevando su vida de siempre: llevaría Donuts para desayunar a cas de Rita, realizaría alguna prueba forense de sangre, mataría a algún listo que pensó que se había librado de su castigo por asesinar a una puta en un callejón...
Pero los guonistas se han sacado de la manga una carta que todos esperábamos, pero no tan pronto: los cuerpos que nuestro querido colega, Dexter Morgan, ha ido arrojando al océano durante años, han sido encontrados y su comisaría se encarga del caso. Y con los cuerpos vienen dos compañeros de viaje distintos pero fascinates: por un lado, el jefe Lundy, un agente del FBI; por el otro, Lila, una mujer desquiciada que se convertirá en un placer y un tormento para Dexter.
Y las cosas van como todos esperamos: Dexter consigue mantener la ventaja sobre sus perseguidores casi todo el tiempo, pero el sargento Doakes, el único que sospecha de él se va aconvertir en un escollo difícil.
El papel y la relación de este personaje con Dexter es de lo que más me ha gustado de la parte final. Durante toda la serie nos ha caido mal, por que no le gusta nuestro amigo Dexter. Sin embargo, cuando es encerrado en la cabaña del narcotraficante podemos ver que el es como Dexter, sólo que su ánsia de matar no ha encontrado un canal oportuno desde su salida de las fuerzas especiales. Me explico. Doakes ve en la mirada de Dexter lo mismo que en la suya, la muerte a sangre fría. Es por ello que se produce ese acercamiento, natural por otro lado entre carcelero y encerrado, en los últimos episodios. El dilema en que se verá sumido Dexter debido a su código está muy bien trabajado desde el guión y desde el actor, al que espero que le reserven todos los premios que se concedan en los próximos años.
Por otro lado la intervención de Lila, que servirá de solución doble, es magistral y está muy bien llevado. Al matar a Doakes mediante la explosión de gas, le hace un doble favor a Dexter: le ayuda a que se cierre el caso declarando a Doakes culpable de los asesinatos y se convierte en una asesina, por lo que entra en el punto de mira de Dexter.
Y todo conducido de una manera tan firme que asusta. Hay episodios que parecen dirigidos por el mísmisimo Dexter debido a la perfecta concatenación de hechos y de como estos son grabados. Baste decir que, en mi opinión, existe más talento en un sólo episodio de Dexter que en todas las películas españolas proyectadas (y no vengan con [REC] que es puro efectismo, pero ya lo hablaremos).
En fin que Lost vuelve el 31, Heroes concluyó su segunda temporada, parece que de una forma digna, y de Dexter comentar que Michael C. Hall, actor que lo encarna tiene firmado contrato para 6 he dicho SEIS temporadas, sólo de pensarlo me entra un gustirrinín, ah, tan,tanrán, ta-tan, ta ...
Empleando argot taurino, en 2007 hubo series que han salido por la puerta grande y otras que han tenido que recurrir al descabello para poder terminar la temporada.
En el primer grupo nos encontramos con Lost (Perdidos) y Dexter, dos series muy diferentes pero que han demostrado el dicho de que hasta el rabo todo es toro. En el segundo grupo, sitúo a Heroes, serie que falló en la suerte de espadas o de matar, es decir, a la hora de la verdad.
El caso de Lost y Dexter ha dejado a sus seguidores exhaustos tras los dos últimos capitulos de sus temporadas (3ª y 2ª, respectivamente).
En Lost nos han mostrado un flashforward, un pedazito del futuro en el que los algunos de los protagonistas han conseguido salir de la Isla. Por otro lado la trama en el presente no nos dejó ni un momento de respiro, sembrando una serie de situaciones que se resuelven en unos veinte minutos fianles magistrales. Resulta curioso como esa tercera temporada de Lost comenzó de una forma un tanto chusca, a la que se unió ese molesto parón (o hiatus, como lo llaman algunops snobs) para remontar el vuelo hacia la mitad de temporada. Y es más curioso como ese comienzo tan flojo y ese parón tan inoportuno nos lanzó a muchos (puede que a casi todos) a buscar una alternativa. Y entonces apareció Heroes, una serie muy bien hecha, con acción, sus dosis de misterio y una trama atrayente (es la misma que la de los X-men, así que tenía que triunfar). Y mirabamos la serie de Tim Kring congratulados de habernos devuelto la alegría y la excitación por encontrarnos el nuevo episodio en la mula a las pocas horas de su emisión en EE.UU.
Pero Lost volvió de su parón y tras un capitulo de reentrada, surgió ese magnífico Flashes before your eyes en el que todo empezaba a cambiar. Se adivinaba la dirección de la serie a partir de entonces gracias a un Desmond que podía ver el futuro, o por lo menos el futuro de Charlie, en los que siempre moría de forma un tanto dramática. Y mientras ¿Heroes, qué? pues aguantaba el tirón, pero la audiencia juvenil se iba poco a poco imponiendo, y las tramas empezaban a perder fuelle. Sólo un par de golpes de efecto con los capítulos como Company man y Five years gone mantenían el tipo.
E inexorablemente nos acercababmos al final de la temporada. Las apuestas estaban hechas y no había lugar para la retirada. Y aquí quedó claro quien es el maestro y quien el aprendiz. J.J. Abrahms demostró que es un genio en esto de dosificar la información (observad sino la acertadísima promoción de Cloverfield, la película que estrenará el 18 de Enero en los USA) y a Tim Kring la camisa le ha venido grande, por que una cosa es hacer Crossing Jordan (una serie simpática y que mantiene el dulzor preciso en sus tramas) y otra, reinventar a los X-Men.
De Heroes ya hable hace tiempo y sólo añadir que su mierda de final me quitó las ganas de ver la segunda temporada, pero de Lost aún me quedan un par de cosas. La relación de Locke y Ben es tan sumamente compleja, aunque parezca sencilla, que problemente capitalizen los minutos de protagonismo en una media aún mayor que hasta ahora. El personaje de Bakunin es jodidamente bueno, pero como vuelva a resucitar una vez más habrá que pensar que en pedir una buena explicación y no esperar a ve que nos dicen. Me encanta que haya muerto Charlie, aunque hubiera preferido una muerte más lenta y dolorosa, quizá algo que incluya el desmembramiento como parte central. Y, para acabar con Lost, como no vuelva en el 31 de Enero, alguien lo va a pagar.
Y dejo lo mejor para el final, Dexter. Todos los que seguimos la primera temporada estábamos nerviosos por lo que podían inventar los guionistas para nuestro asesino favorito. Después de enfrentarse al Ice Track Killer, a su igual, a su hermano y conseguir derrotarlo, pensamos que Dexter seguiría llevando su vida de siempre: llevaría Donuts para desayunar a cas de Rita, realizaría alguna prueba forense de sangre, mataría a algún listo que pensó que se había librado de su castigo por asesinar a una puta en un callejón...
Pero los guonistas se han sacado de la manga una carta que todos esperábamos, pero no tan pronto: los cuerpos que nuestro querido colega, Dexter Morgan, ha ido arrojando al océano durante años, han sido encontrados y su comisaría se encarga del caso. Y con los cuerpos vienen dos compañeros de viaje distintos pero fascinates: por un lado, el jefe Lundy, un agente del FBI; por el otro, Lila, una mujer desquiciada que se convertirá en un placer y un tormento para Dexter.
Y las cosas van como todos esperamos: Dexter consigue mantener la ventaja sobre sus perseguidores casi todo el tiempo, pero el sargento Doakes, el único que sospecha de él se va aconvertir en un escollo difícil.
El papel y la relación de este personaje con Dexter es de lo que más me ha gustado de la parte final. Durante toda la serie nos ha caido mal, por que no le gusta nuestro amigo Dexter. Sin embargo, cuando es encerrado en la cabaña del narcotraficante podemos ver que el es como Dexter, sólo que su ánsia de matar no ha encontrado un canal oportuno desde su salida de las fuerzas especiales. Me explico. Doakes ve en la mirada de Dexter lo mismo que en la suya, la muerte a sangre fría. Es por ello que se produce ese acercamiento, natural por otro lado entre carcelero y encerrado, en los últimos episodios. El dilema en que se verá sumido Dexter debido a su código está muy bien trabajado desde el guión y desde el actor, al que espero que le reserven todos los premios que se concedan en los próximos años.
Por otro lado la intervención de Lila, que servirá de solución doble, es magistral y está muy bien llevado. Al matar a Doakes mediante la explosión de gas, le hace un doble favor a Dexter: le ayuda a que se cierre el caso declarando a Doakes culpable de los asesinatos y se convierte en una asesina, por lo que entra en el punto de mira de Dexter.
Y todo conducido de una manera tan firme que asusta. Hay episodios que parecen dirigidos por el mísmisimo Dexter debido a la perfecta concatenación de hechos y de como estos son grabados. Baste decir que, en mi opinión, existe más talento en un sólo episodio de Dexter que en todas las películas españolas proyectadas (y no vengan con [REC] que es puro efectismo, pero ya lo hablaremos).
En fin que Lost vuelve el 31, Heroes concluyó su segunda temporada, parece que de una forma digna, y de Dexter comentar que Michael C. Hall, actor que lo encarna tiene firmado contrato para 6 he dicho SEIS temporadas, sólo de pensarlo me entra un gustirrinín, ah, tan,tanrán, ta-tan, ta ...
1 comentario:
De acuerdo con casi todo lo expuesto. Y digo con casi todo, porque creo que la puesta en escena de REC, unida a la concepcíón de crear una película de bajo presupuesto, así como a la puesta formal de los elementos narrativos que usan Balagueró y Plaza, es sin duda una de las mejores películas que hemos visto españolas en mucho tiempo, y por supuesto, una película de género novedosa, bien construida e inteligentemente rodada. Vertiginosa. Cual montaña rusa. Como reventar una televisión un sábado noche mientras emiten La noria.
DE lo mejorcito del año que se ha ido...como Dexter, como Lost, como Héroes...sin duda.
Publicar un comentario